Pedro Armestre
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En la historia
contemporánea masa, pueblo y nación interactúan recíprocamente. De hecho, se
usan a menudo como sinónimos. Pero, ¿lo son?
Masa
Es una palabra que está
marcada por una amplia y riquísima polisemia, desde la física a la sociología,
pasando por el Derecho, la psicología, la comunicación o la gastronomía. En el
contexto que aquí la usamos, masa es sinónima de multitud, muchedumbre: conjunto
muy numeroso de personas ("individuos en aglomeración", según Ortega y Gasset) que puede
influir en la marcha de los acontecimientos.
Desde una "perspectiva
progresista", es (o fue) sinónimo de pueblo honesto, trabajador y
explotado, al servicio del cual (presuntamente) nacieron los partidos y
sindicatos de clase. (Véase Gramsci: El partido y las
masas). Desde una "perspectiva
reaccionaria", es sinónimo de plebe, chusma, populacho..., términos
peyorativos que encubren recelo y temor.
Los movimientos de masas se
asocian políticamente al totalitarismo (fascista o estalinista) y a las
diversas formas de populismo. Proscritos históricamente aquellos dos
totalitarismos, el debate se centra actualmente en la naturaleza, viabilidad y
sentido de los denominados populismos.
Según Ortega y Gasset, masa es todo aquel que no se valora a
sí mismo- en bien o en mal- por razones especiales, sino que se siente “como
todo el mundo”, y, sin embargo, no se angustia, se siente a salvo al saberse
idéntico a los demás.
Juan Genovés: Enrojecido
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El hombre-masa se
parece mucho a los hombres huecos de
T.S. Eliot: Horma sin forma, sombra sin
color, / Fuerza paralizada, ademán sin movimiento.
Pueblo
Según los diccionarios, pueblo es el conjunto de personas de una nación, de un país, de una región o
incluso de una localidad: el pueblo de los Estados Unidos..., el pueblo
español..., los pueblos de España... Pero el concepto no se agota en el Derecho
constitucional, sino que es mucho, muchísimo más complejo.
El concepto de pueblo
nace en el siglo XVIII como reacción a la idea ilustrada de la sociedad basada
en el contrato social, como expresión libre del vínculo entre los individuos,
es decir, entre los ciudadanos. Estrecha, íntimamente vinculado a la idea de
nación, pueblo se presenta como una entidad metafísica, una esencia supraindividual:
es el Volkgeist de Herder, el
espíritu del pueblo, que muy pronto se convierte en el espíritu de la nación,
fundada en la lengua, la cultura y el paisaje.
Para el nacionalismo que concibe el
pueblo como un todo, como una unidad (de destino) homogénea sin
discontinuidades ni divisiones, el individuo es parte del todo, subordinada al
todo. Un todo en el que la conciencia colectiva difumina cuando no anula la
conciencia de clase.
El nacionalismo encuentra su versión extrema en el patriota,
siempre dispuesto a morir (y a matar) por la patria.
Gente
Entendida desde la pluralidad y la diversidad, de forma
genérica la idea de gente puede asociarse a esa otra idea, sociedad civil,
que arraiga en aquella concepción ilustrada y en la que los individuos se
consideran ciudadanos y son tratados como tales.
Desde esa perspectiva, cabe hablar de una concepción democrática de pueblo, que no postula la unidad, sino que, por el contrario, asume la pluralidad, reconoce la diversidad, afronta las contradicciones, favorece el consenso, acepta las reglas del juego democrático, la posibilidad de la discusión, la tolerancia a través del disenso. En esa dirección apunta la teoría de la acción comunicativa de Habermas y su idea de democracia deliberativa.- prm
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