viernes, 15 de mayo de 2015

Una estrategia educativa para la ciudad sostenible

A pesar de que los términos sostenibilidad y desarrollo sostenible llevan ya más de diez años en el lenguaje casi cotidiano, su definición conceptual aún sigue siendo objeto de discusión entre los estudiosos del medio ambiente, los planificadores y los gestores. 
Kazimir Malevich
De una forma sencilla y en un sentido amplio, llamamos sostenible al sistema en evolución que asegura los recursos de forma permanente y continuada,  es decir una ciudad sostenible, por ejemplo, es aquella cuyo modelo de desarrollo está basado en la capacidad de sus recursos para ser utilizados y mantenidos. En la mayoría de las ocasiones el término sostenible aplicado al desarrollo se convierte en artificio retórico, utilizado como disfraz del desarrollismo clásico unido al crecimiento del capital de unos pocos. No obstante, frente a la manipulación interesada del concepto, nos referimos a un nuevo planteamiento de las relaciones socioambientales, basado en el equilibrio mantenido de ambos sistemas, en el que la mesura del consumo, la gestión democrática de los bienes y el diálogo amable con lo natural son los ejes del desarrollo.   

En este contexto la educación adquiere un papel relevante, como estrategia sociocultural necesaria para ayudar a las personas a construir este nuevo modelo de desarrollo. Una educación dirigida a cuestionar los sistemas de consumo y de relaciones humanas actualmente imperantes. En sentido amplio nos referimos a una educación de carácter ambientalista y humanista que interese y capacite a los ciudadanos para resolver los problemas socioambientales de su entorno.

Para la ciudad de Córdoba que orienta su desarrollo hacia la sostenibilidad, la acción educativa se perfila como imprescindible en la consecución de este objetivo, acción conectada a las que ya se vienen realizando desde otros ámbitos como el de la planificación estratégica, urbanística, ambiental, turística, económica, etc. 


Varias son las características que debieran definir una acción educativa concebida como herramienta para la sostenibilidad en la ciudad de Córdoba. 

1. Concebir la Ciudad, en el discurso y en las prácticas, como un sistema complejo y dinámico. Es decir partir de la ciudad como un conjunto interrelacionado de elementos, procesos, funciones, etc. sometidos a continuos cambios y flujos, regulado por decisiones, dependiente del exterior, generador de residuos, etc., y tener todo esto en cuenta a la hora de diseñar propuestas educativas. En nuestro ámbito, ciudad, sierra, vega, río y campiña son partes de un todo complejo en estrecha relación. 

2. Adquirir significado en las políticas globales del municipio, como herramienta en la gestión integrada del territorio. Esto supone superar el papel marginal, por no decir simbólico, que en la actualidad posee la educación ambiental en el organigrama municipal, supone dar a la educación ambiental el carácter transversal que la caracteriza impregnando todas las acciones de gobierno, con programas integrales e intersectoriales, lo que obliga a la coordinación interdepartamental y con ello a un nuevo modelo en la gestión municipal. 

3. Estar dirigida a todos los sectores de la población, con acciones concretas y específicas para cada uno de ellos en razón de sus características. Sin dejar el ámbito escolar, donde sin duda es necesario un mayor esfuerzo también por parte de otras administraciones, es imprescindible potenciar las acciones ambientalizadoras en otros contextos ciudadanos, implicando con más entusiasmo y compromiso a asociaciones de vecinos, entidades culturales, deportivas, ecologistas, colectivos profesionales, el sector empresarial, etc.  

4. El desarrollo de estrategias e instrumentos que conecten el territorio y lo que en él acontece, con los ciudadanos. Esto exige dirigir las acciones educativas al establecimiento de puentes entre las personas que planifican, proyectan y actúan técnicamente sobre el territorio (sobre la ciudad), y las personas que viven en el territorio (en la ciudad) consumiendo los recursos, sufriendo y disfrutando el entorno. En el caso del Río Guadalquivir, si no se consigue enlazar su mejora urbanística y ambiental con la población, la ciudad solo habrá mejorado los sitios, los escenarios, pero no habrá creado lugares, espacios de vida y vivencias.

René Magritte
5. Capaz de poner en uso los recursos existentes, no solo los tradicionalmente educativos, sino también otros susceptibles de ser utilizados en clave de educativa desde nuevas perspectivas del aprendizaje. A los recursos típicamente educativos como centros escolares, materiales didácticos o equipamientos culturales deben unirse otros como instalaciones industriales, centros de investigación, espacios urbanos y naturales, obras y construcciones, jardines, mercados, y otros muchos, todo ello para facilitar la comprensión de la realidad de territorio y las relaciones de este con la población.

6. Desarrollar instrumentos que potencien la participación ciudadana, el intercambio de ideas y de experiencias, la puesta en valor de los recursos del conocimiento. El  aprendizaje es un hecho individual y social, resultado de la elaboración personal en un contexto de intercambio y contraste de ideas con otras personas, por ello deben ofrecerse espacios y oportunidades de discusión, de exposición, de exploración de puntos de vista, de presentación de experiencias en busca de la riqueza necesaria para la solución conjunta de los problemas.

7. Una educación dirigida a la resolución de los problemas ambientales de la ciudad y de los impactos producidos en el entorno. No solo basta con percibir el entorno como un lugar agradable y conocer las claves que lo hacen posible, hay también que interesar y capacitar a las personas para actuar en aquellas otras situaciones que plantean problemas, dando a conocer los diferentes mecanismos e instrumentos para solucionarlos. 

Con estas premisas se hace necesario un plan de intervención educativa de carácter integrado, que con una definición territorial concreta desarrolle una serie de programas y recursos orientados a apoyar los objetivos de sostenibilidad plasmados en diversos documentos de planificación y que sin duda, servirán de puntales para el protagonismo que se proyecta para la ciudad en años venideros.  

Agustín Cuello Gijón


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