A pesar de que los términos sostenibilidad y
desarrollo sostenible llevan ya más de diez años en el lenguaje casi cotidiano,
su definición conceptual aún sigue siendo objeto de discusión entre los estudiosos
del medio ambiente, los planificadores y los gestores.
Kazimir Malevich |
En este contexto la educación adquiere un papel
relevante, como estrategia sociocultural necesaria para ayudar a las personas a
construir este nuevo modelo de desarrollo. Una educación dirigida a cuestionar
los sistemas de consumo y de relaciones humanas actualmente imperantes. En
sentido amplio nos referimos a una educación de carácter ambientalista y
humanista que interese y capacite a los ciudadanos para resolver los problemas socioambientales de
su entorno.
Para la ciudad de Córdoba que orienta su
desarrollo hacia la sostenibilidad, la acción educativa se perfila como
imprescindible en la consecución de este objetivo, acción conectada a las que
ya se vienen realizando desde otros ámbitos como el de la planificación
estratégica, urbanística, ambiental, turística, económica, etc.
Varias son las características que debieran
definir una acción educativa concebida como herramienta para la sostenibilidad
en la ciudad de Córdoba.
1. Concebir la Ciudad, en el discurso
y en las prácticas, como
un sistema complejo y dinámico. Es decir partir de la ciudad como un conjunto
interrelacionado de elementos, procesos, funciones, etc. sometidos a continuos
cambios y flujos, regulado por decisiones, dependiente del exterior, generador de residuos,
etc., y tener todo esto en cuenta a la hora de diseñar propuestas educativas.
En nuestro ámbito, ciudad, sierra, vega, río y campiña son partes de un todo
complejo en estrecha relación.
2. Adquirir significado en las políticas
globales del municipio, como herramienta en la gestión integrada del
territorio. Esto supone superar el papel marginal, por no decir simbólico, que
en la actualidad posee la educación ambiental en el organigrama municipal,
supone dar a la educación ambiental el carácter transversal que la caracteriza
impregnando todas las acciones de gobierno, con programas integrales e
intersectoriales, lo que obliga a la coordinación interdepartamental y con ello
a un nuevo modelo en la gestión municipal.
3. Estar dirigida a todos los sectores de la
población, con acciones concretas y específicas para cada uno de ellos en razón
de sus características. Sin dejar el ámbito escolar, donde sin duda es
necesario un mayor esfuerzo también por parte de otras administraciones, es
imprescindible potenciar las acciones ambientalizadoras en
otros contextos ciudadanos, implicando con más entusiasmo y compromiso a
asociaciones de vecinos, entidades culturales, deportivas, ecologistas,
colectivos profesionales, el sector empresarial, etc.
4. El desarrollo de estrategias e instrumentos
que conecten el territorio y lo que en él acontece, con los ciudadanos. Esto exige
dirigir las acciones educativas al establecimiento de puentes entre las
personas que planifican, proyectan y actúan técnicamente sobre el territorio
(sobre la ciudad), y las personas que viven en el territorio (en la ciudad)
consumiendo los recursos, sufriendo y disfrutando el entorno. En el caso del
Río Guadalquivir, si no se consigue enlazar su mejora urbanística y ambiental
con la población, la ciudad solo habrá mejorado los sitios, los escenarios,
pero no habrá creado lugares, espacios de vida y vivencias.
René Magritte |
5. Capaz de poner en uso los recursos
existentes, no solo los tradicionalmente educativos, sino también otros
susceptibles de ser utilizados en clave de educativa desde nuevas perspectivas
del aprendizaje. A los recursos típicamente educativos como centros escolares,
materiales didácticos o equipamientos culturales deben unirse otros como
instalaciones industriales, centros de investigación, espacios urbanos y
naturales, obras y construcciones, jardines, mercados, y otros muchos, todo
ello para facilitar la comprensión de la realidad de territorio y las
relaciones de este con la población.
6. Desarrollar instrumentos que potencien la
participación ciudadana, el intercambio de ideas y de experiencias, la puesta
en valor de los recursos del conocimiento. El aprendizaje es un hecho
individual y social, resultado de la elaboración personal en un contexto de
intercambio y contraste de ideas con otras personas, por ello deben ofrecerse
espacios y oportunidades de discusión, de exposición, de exploración de puntos
de vista, de presentación de experiencias en busca de la riqueza necesaria para
la solución conjunta de los problemas.
7. Una educación dirigida a la resolución de
los problemas ambientales de la ciudad y de los impactos producidos en el
entorno. No solo basta con percibir el entorno como un lugar agradable y
conocer las claves que lo hacen posible, hay también que interesar y capacitar
a las personas para actuar en aquellas otras situaciones que plantean
problemas, dando a conocer los diferentes mecanismos e instrumentos para
solucionarlos.
Con estas premisas se hace necesario un plan de
intervención educativa de carácter integrado, que con una definición
territorial concreta desarrolle
una serie de programas y recursos orientados a apoyar los objetivos de
sostenibilidad plasmados en diversos documentos de planificación y que sin
duda, servirán de puntales para el protagonismo que se proyecta para la ciudad
en años venideros.
Agustín Cuello Gijón
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