Se cumplen más de 13 años del momento en el que CEUCOSA
(sociedad instrumental de la Universidad de Córdoba, UCO) pusiera a disposición
de la sociedad Rabanales 21 SA, unos terrenos, (70 Ha), propiedad de la UCO. Más
de un centenar de profesores nos opusimos sin éxito a esa venta, que se justificaba
para aumentar la innovación y el desarrollo (I+D) en nuestra ciudad. Tras la recalificación,
a uso industrial de unos terrenos que tenían usos docentes, la UCO entró a
formar parte del Parque tecnológico con el 24,74% de las acciones, acompañando
a, la Junta de Andalucía (20%), El Monte (20%), PRASA (20%), Cajasur (10%), Ayuntamiento
(4,4%) y Diputación (0,9%). La operación prometía beneficios tanto sociales
como económicos, dado que centenares de empresas estaban interesadas en establecerse
en el Parque.
En sus inicios el proyecto contaba con un promotor privado, la
constructora PRASA, que hoy está en concurso de acreedores, (ahora mantiene
solo un 5% del accionariado) a la que acompañaban en su aventura, cosa usual en
aquellos tiempos de burbuja inmobiliaria, dos entidades bancarias, El Monte y
Cajasur, una de ellas (Cajasur) fue rescatada con fondos públicos y ambas adquiridas
por otras entidades menos problemáticas, nos referimos a Kutxabank y Caixabank,
que hoy tiene el 35% de las acciones tras la compra del 15% de las acciones de
PRASA. Con el tiempo el sector público ha ido incrementando su presencia y
responsabilidades algo normal y diría que imprescindible en este tipo de aventura
especulativa, donde los beneficios son privados y las pérdidas públicas.
Trece años después, Rabanales 21 SA acumula deudas por valor
de casi 23 millones y tiene tres edificios, donde se sitúan unas decenas de empresas,
uno de ellos el ORION ha sido embargado por el Ministerio de Hacienda por las
deudas que tiene la Sociedad con el Estado. Tras años de ingentes gastos en
construcción y urbanización, la Sociedad ha llegado a una situación próxima a
la quiebra dado que no ha podido atraer a los centenares de empresas que en un
principio se prometieron y pone sus esperanzas en la venta de terrenos para un
parque comercial. Hace unos días y mientras llega el dinero de ese parque
comercial innovador, se ha aprobado que el ayuntamiento compre un solar para
innovar en el suministro de agua y, lo más sorprendente, que CEUCOSA, sí la
misma sociedad instrumental de la UCO que vendió los terrenos, ahora, para
salvar la situación, deberá adquirir una parte de algo que le perteneció, con
lo que se cierra un ingenioso e innovador bucle que empezó hace 13 años.
La sociedad Rabanales 21 SA, ha tenido promotores y gestores, que
procedían de instituciones públicas, los resultados indican que su gestión no
ha sido precisamente brillante, sin embargo, al dejar Rabanales 21 usualmente se
reincorporan a la gestión de lo público, como si todo hubiera ido bien o al
menos según lo esperado.
Hasta aquí la memoria histórica, pero debemos hablar del futuro.
¿Qué pasará con Rabanales 21 SA después
de otros 13 años, en 2030? Soy de los que piensan que el cambio climático y el
propio modelo económico capitalista, nos llevará al colapso, entendido este
como un proceso de deterioro continuado de las condiciones de vida, cosa que ciertos
grupos sociales y especialmente los jóvenes ya padecen hoy, y este nos guste o
no será el marco que espera a Rabanales 21.
En breve, a propuesta de Ganemos, se desarrollará en Córdoba un
proyecto que se llama “Córdoba en Transición” “En defensa de las
generaciones presentes y futuras” y que tiene por objetivo que las “comunidades de transición” sean parte
de un movimiento que propone de forma innovadora y creativa dotar de control a
las comunidades para soportar el doble desafío del cambio climático y el
declive del petróleo. Se me ocurre que de ese proyecto “Córdoba en
transición” surja considerar al Parque tecnológico Rabanales 21 como el primer Parque
tecnológico en transición hacia lo que
puede ser un colapso de nuestro modelo de sociedad. Con ello las medidas que se tomen sobre el Parque
y que sin duda deberán tomar las instituciones públicas; universidad y
ayuntamiento especialmente, serán muy diferentes de las que hoy se proponen. Con
ello seríamos pioneros en algo que otras ciudades deberán acometer más pronto
que tarde. Sería por tanto no un motivo de vergüenza o escarnio para nuestra
sociedad sino una manera diferente de enfrentar nuestro futuro, abandonando los
lugares comunes que la evidencia muestra que no funcionan, aunque sean tan queridos
por aquellos que solo pretenden mantenerse en sus posiciones de privilegio, como
eso del cambio del modelo productivo sin cambiar el modelo económico.
Esta propuesta abriría un necesario debate y sería un reto
para nuestros jóvenes que encontrarían en la ciudad algo realmente nuevo por lo
que luchar, cuando ellos, por su edad, deben enfrentarse a un futuro que sabemos
complicado. Nuestro límite lo ponemos en el 2030, es tiempo suficiente para
probar soluciones diferentes que hagan de nuestra ciudad una sociedad más
sostenible. Solo pedimos que los dejen trabajar el mismo tiempo que han tenido los
diferentes promotores y gerentes de Rabanales 21 SA, que como hemos visto han logrado
un perfecto bucle, pero generando entre tanto una deuda de 23 millones de
euros. Seguro que en estos años además de deudas también se han generado beneficios
sociales, empleos, que deberán mantenerse, sin embargo alguien debería responsabilizarse
de las deudas generadas.
Diego Llanes Ruiz
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