viernes, 22 de noviembre de 2019

SOBRE LA MESA DEL CASCO HISTÓRICO (Reflexiones y propuestas)


Una de las propuestas estrella de la nueva corporación municipal es la redacción de un plan de gestión del Casco Histórico de Córdoba, con la intención de abordar y dar solución a los problemas que esta parte de la ciudad viene padeciendo. Laura Ruiz, Teniente de Alcalde de Casco Histórico, hacía una relación de los mismos: abundancia de solares vacíos y casas en mal estado, la movilidad, las consecuencias de las numerosas actividades que se desarrollan en la zona, la deficiente iluminación, y la carencia de servicios para el vecindario. La finalidad del plan anunciado sería conservar un Casco Histórico vivo, con variedad de usos, pero apostando por “incentivar el aspecto residencial, que el casco sea un espacio vivo y no pierda población”.
Se agradece que el nuevo gobierno municipal haga suyos los problemas que desde hace años vienen denunciando las asociaciones vecinales del Casco Histórico, la federación Al-Zahara y el Consejo del Movimiento Ciudadano.
Desde marzo de 2003, todo el Centro histórico: Medina, Axerquía (alta y baja) y y el barrio de San Basilio son Bienes de Interés Cultural (BIC) en la modalidad de Conjunto Histórico. La ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español obliga al Ayuntamiento a redactar un Plan Especial de Protección del área afectada por la declaración. Dicho Plan, dice la Ley, “contemplará las posibles áreas de rehabilitación integrada que permitan la recuperación del área residencial y de las actividades económicas adecuadas”. En Córdoba tenemos vigente desde 2003 el Plan Especial de Protección del Casco Histórico, en él se apuntaban ya los problemas más importantes: alto porcentaje de viviendas vacías (25%); el PEPCH invitaba a estar atentos al problema de solares y edificaciones ruinosas y proponía la elaboración de un censo; alto grado de envejecimiento de la población; vaciamiento de grandes zonas; riesgo de terciarización. Problemas hoy agravados.

Se apostaba por un  Conjunto Histórico polifuncional que, aún asumiendo la compatibilidad de usos, incentivara el residencial, especialmente en aquellas zonas con peligro de terciarización por motivos turísticos. Proponía entre sus objetivos la ubicación de equipamientos en los inmuebles declarados Bienes de  Interés cultural (BIC). El PEPCH ha sido y es, con sus luces y sus sombras, una herramienta fundamental para mantener un casco histórico como el nuestro, que hay que actualizar para que responda a los problemas actuales del Casco que no existían cuando se redactó, o que se apuntaron pero se han agravado ahora.
En diferentes foros se ha debatido también sobre estos problemas y se han aportado soluciones, entre ellas las propuestas por el colectivo “Pax Patios de La Axerquía” recientemente reconocidas por World Monuments Fund (WMF), principal organización internacional privada  que se preocupa por la progresiva destrucción de importantes tesoros artísticos y antropológicos en todo el mundo. Desde la Universidad de Córdoba se han alzado voces, aunque hay que decir que han sido pocas, alertando sobre el progresivo deterioro del patrimonio monumental y humano del Casco Histórico.
El foro por el Derecho a la Ciudad presentó a la opinión pública en marzo de este año el “Acuerdo Ciudadano”, en él hay enfoques y propuestas que contemplan los problemas del Casco Histórico en su dimensión de ciudad total. La Comisión de Usos del Casco Histórico del Ayuntamiento, después de casi un año de trabajo, elaboró un informe final en el que se hacen una serie de propuestas para intentar abordar algunos de los problemas más urgentes del Casco Histórico y mejorar la vida de sus habitantes.
Tenemos unas ordenanzas municipales, aunque su aplicación deja mucho que  desear, especialmente en  relación al ruido nocturno, a ocupación de vía pública por establecimientos de hostelería, a la higiene urbana (orines y defecaciones de animales en la vía pública) y a la contaminación visual en la zona más turística. Un ejemplo, no hay más que darse un paseo por el Casco Histórico, especialmente en la zona Patrimonio de la Humanidad, y ver los reclamos de quincallería turística colgados en el exterior; y la cantidad de establecimientos que tienen mesas y veladores junto a la fachada, contraviniendo no solo las ordenanzas municipales, también la sentencia del Tribunal Supremo (STS354/2019) que recuerda a los  ayuntamientos la obligación de dejar libre, sin excepciones, el espacio colindante a la línea de fachada.
Desde hace meses el Ayuntamiento dispone de un estudio exhaustivo de población de Córdoba, actualizado hasta 2018, que se remitió en su día desde el movimiento vecinal, imprescindible para cualquier tipo de intervención en el territorio y que tendría que haber hecho el Ayuntamiento, lo mismo que el
inventario de solares y casas en ruina o abandonadas
No se parte de cero. Hay normativa, enfoques, estudios, propuestas. Sorprende que la edil responsable del Casco Histórico afirme que "nadie ha hincado el diente hasta ahora" a los problemas del Casco Histórico.
El pasado día 14 de octubre se constituyó la mesa del Casco Histórico con el objetivo de elaborar un informe-memoria que sirva como base para la redacción del anunciado “plan de usos para el Casco Histórico”. El alcalde justificaba su urgencia ya que “dentro de poco, ICOMOS y la UNESCO volverán a evaluar la ciudad y, aunque no estamos en riesgo, nos pueden dar un tirón de orejas”.
La mesa la forman unas 30 personas procedentes de asociaciones vecinales, confederación de empresarios, asociaciones de empresarios de hostelería, comercio, colectivos de artesanos, asociaciones de padres de alumnos, guías e informadores turísticos, representantes del obispado y cabildo catedralicio, la UCO, el Palacio de Congresos, museos, sector el transporte y de la construcción, Fundación Cajasur, cofradías, Amigos de los Patios, Círculo de la Amistad, Hospital Cruz Roja y Federación de Peñas. Porque se trataría según Bellido de crear “un modelo de gestión en el que estén representados los que forman parte activa de esta zona monumental” Los componentes de la mesa tendrán voz pero no voto y el informe-memoria resultante no será vinculante a la hora de elaborar el plan. El plazo que se ha dado el Ayuntamiento para diseñar el plan de gestión, o de usos, del Casco Histórico es de tres años.
Si bien los problemas parece que están definidos, creemos que la mesa creada no servirá para abordarlos. El instrumento no es adecuado para la función que se espera.
Lo primero que llama la atención de la mesa es la arbitrariedad en su configuración.  ¿Qué justifica que en ella esté el Circulo de la Amistad? ¿Y el hospital de la Cruz Roja? Cierto que ambas instituciones forman “parte activa de esta zona monumental”  pero, por el mismo criterio, habría que incluir en la nómina de aspirantes a la mesa a t las numerosísimas instituciones públicas y privadas, colectivos y asociaciones que tiene su sede el Casco Histórico y tienen tan “parte activa” como los demás. Sin embargo se echa de menos la presencia de entidades como la ONCE, FEPAMIC o agrupaciones que defienden los derechos de las personas con dificultades de movilidad, pero claro, su domicilio social no está en el casco, aunque sufran todas las dificultades para transitar por él.
Se necesitaría una mesa tan numerosa en representantes de colectivos e instituciones con interesen distintos que la harían ineficaz. A esto hay que añadir que la mesa recién creada, con un horizonte de trabajo a tres años vista y sin una propuesta del gobierno municipal es inútil, distracción hasta el aburrimiento, si no, al tiempo. El argumento de la pretendida urgencia para resolver los problemas “acuciantes” del Casco Histórico, y la anunciada próxima evaluación del ICOMOS no se sostiene si el plazo para la elaboración del pretendido plan de usos se demora tres años.

Dejando aparte el asunto de los criterios de inclusión o exclusión de la mesa, se nos presentan algunas interrogantes ¿Es necesaria? ¿No existen en la ciudad instituciones representativas a las que remitir un proyecto para que hagan aportaciones? ¿No habría que abrir al debate público a toda la ciudad?
Nos parece que la mesa recién creada es prescindible, Córdoba cuenta afortunadamente con instituciones y estructuras participativas asentadas tanto del movimiento ciudadano, como de empresarios, cofradías, y otros colectivos que estamos seguros que tendrán algo que aportar, pero para que las aportaciones sean fructíferas deberían hacerse sobre una propuesta clara desde el gobierno de la ciudad ¿Cuál es la propuesta del Ayto? Por supuesto que las decisiones finales debe tenerlas el gobierno municipal que para eso ha salido elegido, para que gobierne.
Nos tememos que el verdadero plan sobre esta parte de Córdoba será el que ya se viene aplicando desde hace años, el de la insostenibilidad: promoción sin límite del turismo; de los apartamentos turísticos; de establecimientos de hostelería sin control; relajación en  la aplicación de las ordenanzas municipales; uso desmedido del espacio público para todo tipo de actos, secuestro del casco histórico para una parte de la población de córdoba, especialmente para las personas con problemas de movilidad; ausencia de oferta de vivienda pública de alquiler; encarecimiento del alquiler de viviendas y cocheras; permanencia de solares que son auténticas cicatrices en el tejido urbano mientras se expande la ciudad consumiendo suelo; ninguneo del vecindario y de sus asociaciones; prioridad a los espacios que generan negocio frente a espacios públicos de bienestar.
Nos llaman la atención intervenciones de autoridades municipales que no pierden la ocasión para lanzar una pullita al anterior gobierno de la ciudad. La campaña electoral ya se acabó. En el mundo anglosajón hay dos palabras para expresar dos conceptos que en nuestro idioma no se distinguen. “Politics” es lo que hacen los partidos políticos durante la campaña electoral para poder ganar las elecciones, intentando atraer a los votantes. “Policy” es lo que, el partido o coalición de partidos que ha ganado las elecciones, deben de proponer y hacer, para mejorar la vida de la gente y resolver problemas pendientes. Aquí estamos siempre haciendo politics. Sin entender además que los problemas complejos de una ciudad, como son los problemas de los cascos históricos y su articulación a nivel de ciudad total, no se resuelven en cuatro años, que hace falta acuerdos a medio y largo plazo y, fundamental, rentabilizar los esfuerzos y buenas prácticas anteriores.

Proponemos de manera inmediata.
Que se apliquen las ordenanzas municipales y se inspeccione su cumplimiento, especialmente en lo referente a la ocupación del espacio público; a la contaminación acústica y visual; y a la higiene urbana (orines y defecaciones de animales en la vía pública)
Que se haga un seguimiento de la proliferación de apartamentos turísticos para tener al día el impacto real sobre el uso residencial del Casco Histórico.  
Que se distribuyan por la ciudad los eventos de todo tipo que se realizan habitualmente en el Casco Histórico. 
Proponemos de manera mediata. El proceso no debe durar más de un año desde el inicio hasta la redacción del Plan de Usos y Gestión del C. Histórico
Que el Ayuntamiento elabore una propuesta sobre el plan de usos y gestión del Casco Histórico de Córdoba coherente con nuestro PEPCH y con la Carta de Toledo que acuñó el concepto de Regeneración Urbana Integrada, estrategia para afrontar los retos urbanos actuales y aplicar la estrategia Europa 2020 mediante la consecución de un desarrollo urbano más inteligente, sostenible y socialmente inclusivo. La Regeneración Urbana Integrada pretende poner en valor todo el capital urbano existente (social, urbanístico, patrimonio edificado, etc.)  También considera fundamental la participación ciudadana y los procesos de  evaluación y seguimiento de las intervenciones.
Que la el Ayuntamiento establezca un plan para recoger las aportaciones a la propuesta municipal: apartados, cronograma…y que este plan sea conocido y abierto para sus posibles modificaciones.
Que la propuesta se remita a las entidades y organizaciones de la ciudad para que hagan sus aportaciones de acuerdo con el plan establecido y consensuado.
Que se abra un debate público sobre qué Casco Histórico queremos como seña de identidad de Córdoba.
Que las aportaciones sean conocidas por la ciudadanía.
Que en plazo de un año el “plan de usos para el Casco Histórico” sea una realidad.
  
En Córdoba a 29 de octubre de 2019

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